El Instituto Metropolitano de Patrimonio ha llevado a cabo estudios de investigación arqueológica desde el 2021 a mayo 2023 en Llano Chico (noreste).

El Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) informó sobre el hallazgo de restos arqueológicos: osamentas, vasijas, artefactos de piedra y obsidiana que datan del 151 a.C. al 336 d.C. Con el dictamen final de la investigación, ahora son 128 bienes los que se encuentran incluidos en el sistema del Inventario del Patrimonio Cultural Ecuatoriano.

Andrés Mosquera, arqueólogo de la Dirección de Investigación y Diseño de Proyectos del Instituto Metropolitano de Patrimonio, argumentó que en el 2003 ya se registró a la zona de Llano Chico como espacio arqueológico, y que en estos dos últimos años el IMP ha invertido alrededor de USD 100.000 en este sector.

“Ahora tenemos datos precisos de cronología del sitio, podemos mencionar que en promedio tiene 2.000 años de antigüedad, pero siendo más precisos, el inicio del proceso de ocupación en este lugar va del 151 a.C. y culmina en el 336 d.C. según los resultados de análisis de carbono 14 en 16 muestras”, dijo.

El IMP ha ejecutado tres proyectos de investigación en Llano Chico, el primero en el 2021 con excavaciones de grandes dimensiones, ahí empezaron a identificar en contexto seis tumbas y entierros secundarios con restos óseos que no estaban articulados y otros contextos como pozos de almacenamiento y basurales.

Durante el 2022, el IMP continuó con la investigación donde se encontraron 57 contextos arqueológicos, que incluyeron alrededor de 20 tumbas donde permanecían osamentas de niños y adultos (hombres y mujeres), cuya edad máxima se estableció en 40 años.

Conforme a la tradición funeraria de la época prehispánica, junto a las personas se enterraban -como ofrenda- los artefactos que utilizaban en vida, por lo que se recuperaron miles de fragmentos cerámicos.

Asimismo, los análisis científicos permitieron determinar que el maíz, papa y yuca eran la base alimenticia de los pobladores de la zona, y la carne de venado su principal fuente de proteína, junto a conejos y cuyes. “Son sociedades agrícolas que complementan su alimentación con la caza, principalmente de venados”. detalló Andrés Mosquera.

Las evidencias estaban localizadas a unos 80 cm. bajo la superficie del suelo, sobre las que se encontró una capa de ceniza asociada a una erupción volcánica del Pichincha, ocurrida hace más de 1.900 años. Se estima que los hallazgos datan de 2.000 años atrás y corresponden al período de Desarrollo Regional.

Los investigadores manejan la hipótesis de que se trató de una población que migró del Litoral ecuatoriano, con el fin de explotar las fuentes de obsidiana de los alrededores. (I)

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