Desde los páramos y los bosques de la Sierra ecuatoriana; los manglares de Esmeraldas, Guayas, Santa Elena; la selva de Sucumbíos y la biodiversidad de las Islas Galápagos llegaron hasta Quito, campesinos, agricultores, pescadores, recolectores, productores, emprendedores y empresarios para mostrar su trabajo y ser parte del evento ‘Con los pies en la Madre Tierra’, la celebración de los 30 años de labor de Fundación Heifer Ecuador.
Durante este tiempo, 40 mil familias han mejorado sus ingresos implementando prácticas agrícolas sostenibles, a través de su participación en 132 proyectos ejecutados en 22 de las 24 provincias nacionales, incluido Galápagos. Solo en los últimos cinco años, Heifer Ecuador ha implementado 23 cadenas de valor, fortaleciendo 162 negocios y bionegocios. Además, 1528 personas participaron en 23 escuelas de negocios rurales, 12 escuelas de agroecología y 30 escuelas de fortalecimiento organizativo.
Estos datos se reflejaron en un ambiente natural, propio del Jardín Botánico de la capital, ubicado en el norte de la capital, donde la fuerza productiva rural del país, mostró, a través de una exposición, los frutos de su trabajo y compartió con los asistentes sus experiencias asociativas, de roles de género, de conservación, producción ecológica, comercialización y distribución.
Al llegar, cada participante recibió una bolsita de semillas, visitó la exposición, degustó algunos productos y se dirigió al centro de eventos en el cual se desarrolló la ceremonia. El encuentro contó con un mensaje de Surita Sandosham, CEO de Heifer Internacional y Oscar Castañeda, vicepresidente del Área de las Américas, quienes en su intervención destacaron las acciones encaminadas para combatir el hambre y la pobreza, en un país donde el 20.1% de los niños padecen de desnutrición crónica infantil y la pobreza alcanza al 27% de la población.
El turno en el podio fue de Rosa Rodríguez, directora de Heifer Ecuador. “La compañera Rosita”, como muchos participantes de los proyectos de la ONG la llaman, habló desde la sensibilidad, la voluntad y la acción como motores de compromiso con las poblaciones más vulnerables del país. Resaltó que la agricultura familiar campesina es fundamental para sostener la vida del planeta, de las familias y la economía de un país.
Al finalizar su intervención, la maestra de ceremonias dio luz verde abriendo el micrófono para que los protagonistas de este aniversario compartan sus vivencias desde sus realidades. Fue así como las compañeras y compañeros de la Costa, Sierra, Amazonía y Galápagos se unieron en un solo agradecimiento hacia el acompañamiento, liderazgo y asesoría que brinda la Fundación.
“Heifer nos enseñó que todos somos una familia y que con organización, empuje y trabajo en equipo saldremos adelante”, dijo Patricia Flores, jefa de planta de la Asociación de Cangrejeros ‘6 de Julio’, una de las cuatro asociaciones que conforman la Empresa Asociativa Mansur del manglar, firma que en la actualidad genera trabajo para 450 familias y entrega, de forma directa, sus productos a cadenas hoteleras y grandes restaurantes de Guayas, Pichincha y Manabí.
Marco Ruiz, presidente de Mansur, recordó que, en 2015, “la compañera Rosa”, les comentó que a ella le gusta correr y que al principio recorría pequeños tramos hasta que después, con la práctica, los tramos aumentaron. De la misma forma Mansur ha avanzado hasta lo que es ahora, una empresa con proyección de exportación.
Quienes ya exportan son los productores de la vaina de guarango de 27 comunidades de Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo. 1400 familias de la Sierra centro norte del país diversifican y mejoran sus ingresos en un 300%.
Desde Sucumbíos, Digna Silva de la organización Focash agregó que el trabajo realizado para el empoderamiento de las mujeres ha sido clave para el desarrollo e independencia económica. Ella entregó un vino de jamaica, producto local que elaboran y comercializan las mujeres amazónicas.
Por su parte, Margarita Landeta, presidenta de la Asociación Agroecológica RESAK se unió al festejo resaltando que la capacitación y empuje recibido por Heifer Ecuador 0ha hecho que su labor de entrega de canastas de alimetos sea permanente y que día a día su producción agroecológica mejore y contribuya a la construcción de sistemas alimentarios sostenibles.
Después de los múltiples discursos, los asistentes intercambiaron las semillas con su vecino o compañero, como una muestra del compartir de recursos, uno de los principales ejes de trabajo de la ONG.
Al finalizar, el formalismo se rompió con abrazos colectivos, brindis con canelazos, baile y degustación de varios productos, entre ellos un ceviche de cangrejo, helados de sabores y granos llevados a la alta cocina como un risotto de cebada.
De esta forma, Heifer Ecuador cerró la celebración de su tercera década de aniversario, reafirmando su compromiso con el sector rural, pues desde cada una de las provincias, un equipo técnico junto a los comuneros cree firmemente que combatir el hambre y la pobreza en Ecuador sí es posible. (I)